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Famosos o desconocidos. En pleno casco viejo o en barrios periféricos. Artísticos o históricos.

Los murales de 'La ciudad pintada' están cuajados de diferencias, pero hay algo que los une: un proyecto que hace 10 años se propuso avivar fachadas tristes y dar color a las calles con un itinerario muralístico

 

REPORTAJE:

LA CIUDAD PINTADA

La ciudad de Vitoria tiene mucho que decir, pero en este caso son sus paredes las que hablan: la capital alavesa esconde en sus calles algunas joyas que resultan ser verdaderas obras de arte. Desde hace 10 años, algunas casas se convierten en lienzo, y el proyecto 'La ciudad pintada' colorea sus paredes.

La mayoría de estos murales se encuentra en los cantones que atraviesan el casco viejo vitoriano. En ellos se esconden historias ocultas, que los y las artistas que han participado en este proyecto diseñaron para las fachadas. Entre ellos, el espíritu de la noche de San Juan o la historia que tuvo lugar en la iglesia de Zaramaga el 3 de marzo de 1976.

La idea fue crear un proyecto artístico, definido por sus creadores y creadoras como "una herramienta de expresión pública y comunitaria para ciudadanos y artistas de diferentes disciplinas". Así, en 2007 nació el Itinerario Muralístico de Vitoria-Gasteiz (IMVG), bautizado como 'La ciudad pintada'. Sus creadores y creadoras Christina WerckmeisterVerónica Werckmeister y Brenan Duarte fundaron el IMVG con el objetivo de regalar a la ciudad "un espacio abierto de participación y creación". La página oficial del proyecto afirma que este "visualiza el compromiso que tienen las personas con su entorno y la ciudad con sus ciudadanos y ciudadanas". 

De todos/as y para todos/as

La creación y elaboración de los murales regala a los vitorianos y vitorianas colorido y arte callejero. Pero el proyecto no sólo tuvo la idea de dirigirse a ellos/as, sino de ser creado por ellos/as. Si queremos, podemos unirnos a los y las artistas y dejar nuestra pincelada en la pared. Sin embargo, el proyecto está liderado y muchos de los y las participantes tienen cierta trayectoria. Puedes conocer a algunos en Personas, pero aquí puedes poner cara a una de ellas:

Ixone Herrero

Esta es Ixone Herrero y está acabando la carrera de Restauración y Coonservación de Bienes culturales en Valencia. Sin embargo, antes de irse estudió Bachillerato artístico en Vitoria. Ella fue una de las personas que usó el rodillo en el mural ¿Qué haremos con lo que sabemos?: "Entre todos diseñamos el mural, dónde iba a estar cada cosa y todos trabajamos en los andamios pintando". 

Ixone llegó al proyecto gracias a sus profesores y participó el tercer año en que se llevó a cabo el proyecto. En la carrera ha asistido a clases de restauración de pinturas murales, pero ella traía su experiencia de casa: "Con sólo 16 años ya estaba trabajando en un proyecto artístico ¡Eso no lo puede decir todo el mundo!".

Como parte de las personas que hicieron posibles estas pinceladas a la ciudad, destaca la belleza oculta tras ellas: "Me quedo con el trabajo en equipo. Nos compenetramos muchísimo, y me llevo ese bonito recuerdo de todos en los andamios con carcajadas de por medio".

Sin duda, el trabajo en equipo tuvo su resultado, e Ixone afirma que Vitoria "tiene un encanto propio, y un casco viejo envidiable". Para ella, los murales "son una forma de recordar las historias que ésta ciudad ha vivido y de reforzar la memoria histórica, además de lo que por sí solos aportan estéticamente".

"La sociedad, los cimientos de una ciudad, deben ir transformándose a lo largo del tiempo. Los murales son una forma de recordar las historias que esta ciudad ha vivido y de reforzar la memoria histórica, además de lo que por sí solos aportan estéticamente"

Murales de 'La ciudad pintada'

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